La Justicia de Puerto Madryn dará a conocer su veredicto por el crimen de Martina. La defensa apeló a “circunstancias extraordinarias” y argumentó que el acusado asesinó a la menor para evitar su sufrimiento.
El acusado se encuentra detenido desde el día del crimen, en abril de 2019.
“Fui yo”, admitió Manuel Ávila frente a los jueces de un tribunal de Puerto Madryn al que llegó acusado por el brutal asesinato de su hija Martina, una nena de seis años que tenía un retraso mental. El viernes, en la última audiencia del debate, el hombre expresó que lo había hecho para evitarle el sufrimiento a la menor y que después intentó suicidarse también, pero no lo logró. El veredicto de la Justicia se conocerá la próxima semana.
“Quise quitarme la vida para que nos vayamos los dos. Primero ella y después yo. Pero no tuve suerte”, fueron las palabras que escucharon los jueces Daniel Yangüela, Patricia Reyes y Marcela Pérez de boca del imputado por el “homicidio agravado por el vínculo” de su hija. “Me quedé a sufrir acá, de por vida. Aquí estoy muerto en vida”, agregó Ávila.
Martina fue asesinada el 13 de abril de 2019 y su cuerpo fue encontrado en medio de un charco de su propia sangre. Para los policías que trabajaron en el lugar, aquella escena podía describirse con una sola palabra: atroz. En ese sentido, el fiscal Daniel Báez detalló en ese momento que “la menor tenía entre 23 y 24 lesiones por golpes, fractura de cráneo y un corte profundo en el cuello que le cortó la laringe y llegaba casi hasta la columna”.
Ávila fue detenido esa misma noche, mientras tiraba patadas al aire y gritaba “policía lléveme preso, maté a mi hija”. Dos años después, el hombre que ahora tiene 42 años intentó justificarse: “Todo lo iba acumulando, porque era un tipo cerrado; eso me jugó una mala pasada. Me cerré en mí mismo. Yo no era feliz, era un tipo infeliz, sufría mucho. Siempre entregué todo por ello, fui un pelotudo por no pedir ayuda”.
Tras la confesión del único acusado y detenido por el crimen, el fiscal de juicio Alex Williams afirmó: “No han quedado dudas, el veredicto debe ser de culpabilidad. Martina Ávila perdió la vida a manos de la agresión de su padre”. Por su parte, defensor público Diego Trad sostuvo que fueron “circunstancias extraordinarias” y que “la mató para evitar el sufrimiento de la niña”. Para el letrado, la pena debería ser entre 8 y 25 años.
Hasta el jefe de los fiscales se refirió en su momento al hecho que conmovió a la ciudad chubutense. “A la nena la mataron dos veces”, remarcó Daniel Báez. Pese a haber reconocido su responsabilidad, Ávila no quiso responder ninguna pregunta de la Fiscalía y la semana que viene se enterará recién de cuál será su destino. En caso de ser declarado culpable por la calificación que pide la fiscalía, la única pena prevista por este delito es prisión perpetua.