La confesión de uno de los dos detenidos por la desaparición de Dom Phillips y Bruno Ribeiro Pereira llevó al hallazgo de los cadáveres.
Los cadáveres del corresponsal británico Dom Phillips y del indigenista brasileño Bruno Ribeiro Pereira. desaparecidos desde el 5 de junio, fueron encontrados en una región inhóspita de la selva amazónica tras la confesión de uno de los dos detenidos por los asesinatos, anunció hoy la Policía Federal.
El caso es de conmoción internacional y puso de manifiesto el mote de «lejano oeste brasileño» en el que se ha convertido la selva amazónica ante el avance de las mafias de la madera, la pesca y la minería ilegal sobre las tierras indígenas.
En conferencia de prensa, el jefe de la Policía Federal en el estado de Amazonas, Eduardo Fontes, dijo que uno de los detenidos confesó el martes por la noche y llevó a los agentes al lugar donde fueron sepultados los cuerpos, en una región conocida como Vale do Javarí, epicentro del avance del crimen organizado como pesca, caza y minería ilegal sobre tierras indígenas.
Anteriormente, fuentes policiales habían dicho que el detenido confesó que participaron tres personas del homicidio y que los cuerpos fueron incinerados, descuartizados y enterrados en medio de los árboles, a 3,1 kilómetros del lugar donde ocurrió la emboscada.
Ribeiro Pereira era funcionario en licencia del órgano federal de protección indígena Funai que trabajaba para la entidad Unión de Pueblos de Indígenas del Vale do Javarí, en el estado de Amazonas y había sido amenazado de muerte por uno de los detenidos, que participa de una organización de la pesca ilegal.
«Fue un crimen hediondo y llevamos los restos cuidados dignamente para la pericia correspondiente», dijo el comisario, quien se negó a citar a las mafias locales como responsables de haber instigado el doble crimen.
El comisario insistió en no encontrar responsables internos sobre el instigamiento del crimen y dijo que la región en la frontera con Perú es habitualmente paso del narcotráfico.
«Estamos hablando de Perú, el segundo mayor productor de cocaína del mundo, donde hay también disidentes de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, desmovilizadas desde 2016)», afirmó el jefe policial, quien no precisó por qué motivo los detenidos habrían asesinado a Phillips y Ribeiro Pereira.
Phillips, de 57 años, era hace más de 15 años corresponsal en Brasil y colaborador del diario británico The Guardian en Río de Janeiro. En los últimos años se mudó a Salvador, Bahía, donde daba clases de inglés en favelas y planificaba escribir un libro par proteger el Amazonas, razón por la cual estaba en el Vale do Javarí junto con Ribeiro Pereira, el mayor experto en el tema.
El caso causó conmoción nacional e internacional, al punto de que este jueves pidió justicia el primer ministro británico, Boris Johnson, durante una sesión en el Parlamento inglés.
Pereira hablaba cuatro lenguas indígenas y estaba enfrentado con el bolsonarismo, movimiento de ultraderecha identificado con la defensa del avance de la minería y el agro en las tierras indígenas.
En 2019 fue retirado de un cargo jerárquico de protección a los indígenas que viven aislados de otras civilizaciones debido a que lideró una operación contra los garimpeiros, los buscadores ilegales de oro que en 2018 fueron defendidos por Bolsonaro durante la campaña electoral. A Ribeiro Pereira lo sacó del cargo el ex ministro y ex juez Sérgio Moro, por orden de Bolsonaro.
El que hizo la confesión fue Amarildo da Costa Oliveira, un pescador ilegal que había discutido con Ribeiro Pereira días atrás, mientras el segundo arrestado, su hermano Oseney, no ha confesado aún.
Por la mañana, Bolsonaro aseguro que el periodista británico, desaparecido tras haber sido amenazado de muerte en la selva amazónica brasileña, «era mal visto» porque hacía artículos contra la minería ilegal y la cuestión ambiental.
«Ese inglés era mal visto en la región. Porque hacía muchas notas contra garimpeiros (buscadores de oro ilegales en tierras indígenas), de la cuestión ambiental. Entonces en esa zona muy inhóspita mucha gente no gustaba de él. Debería haber redoblado la atención y resolvió hacer una excursión», dijo Bolsonaro.
«Si los mataron los dos están bajo el agua y poco sobrará de ellos, Dios no quiera que eso haya pasado», sostuvo el jefe del Estado, candidato a la reelección en los comicios generales del 2 de octubre.
«Los dos resolvieron entrar en un área completamente inhóspita solos, sin seguridad y ocurrió el problema. Desde el primer día estamos buscando sin éxito. Es muy temerario ir allí sin estar preparados físicamente», dijo el jefe del Estado a un programa periodístico de YouTube.
Bolsonaro había declarado la semana pasada que ambos habían embarcado en una «aventura no recomendable» y que pudieron haber sido «ejecutados».
Bolsonaro conoció a Phillips en 2019 durante la única conferencia de prensa que el jefe del Estado concedió a la prensa extranjera en el Palacio del Planalto. Sentado al lado del presidente en un desayuno, Phillips le preguntó sobre el impacto internacional de la devastación amazónica brasileña, tras lo cual Bolsonaro respondió que la «Amazonia es nuestra, no de ustedes».
En 2018, durante su victoriosa campaña electoral, Bolsonaro prometió mejores condiciones legales para que los garimpeiros puedan ejercer la actividad de minería artesanal.
Informes privados y oficiales indican que en algunas aldeas de gran tamaño como la Yanomami en el estado de Roraima, fronterizo con Venezuela, la acción de los garimpeiros ha contaminado con mercurio el agua de la cuenca amazónica de la que se sirven los indígenas para su subsistencia.
También este miércoles un comisario de la Policía Federal brasileña denunció que existe un bloque de parlamentarios bolsonaristas que forman parte de una organización criminal, que permite delitos ambientales y contra las comunidades indígenas en la Amazonia.
La denuncia la hizo el comisario Alexandre Saraiva, quien en 2021 fue removido de la jefatura de la Policía Federal en Manaos, capital del estado de Amazonas, por orden del gobierno federal, tras haber comandado la mayor confiscación de madera ilegal de la historia de la región.
«Existe un bloque parlamentario del crimen en la selva amazónica, un bloque de marginales», afirmó Saraiva al canal GloboNews, citando a los senadores Jorginho Mello, del gubernamental Partido Liberal de Bolsonaro, y Telmario Motta, del PROS, del estado de Roraima, además de la diputada ultrabolsonarista Carla Zambelli, de San Pablo.